"El cooperativismo me enseñó, me fortaleció y me dio la oportunidad de conocer gente maravillosa"
Tras una amplia trayectoria en el movimiento cooperativo, la pigüense Teresita Martinoya se convirtió en la primera mujer en llegar al consejo de administración de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA).
Con una vida marcada por el cooperativismo tanto por la influencia de su familia materna como paterna, Teresita Martinoya tuvo su primer acercamiento al movimiento con apenas 14 años, cuando se unió a la Juventud Agraria Cooperativista de Sembradores del Porvenir de la cooperativa La Alianza, en su Pigüé natal.
Luego tuvo su paso por las Comisiones Asesoras Regionales y por el Consejo Central de Juventud, donde estuvo seis años. Cumplido el mandato, comenzó a participar en la Comisión de Asociados del Banco Credicoop y en 2003 tuvo la oportunidad de unirse a un programa de educación a distancia.
“Armamos una plataforma para trabajar de manera virtual la educación cooperativa y ahí estuve hasta 2009. Siempre con muy buena relación con la cooperativa La Alianza, que como le digo a todo el mundo es mi segunda casa porque siempre me dio un lugar”, sostuvo Teresita, quien es productora agrope-cuaria y también trabaja en una casa de fotografías que heredó de su familia.
Una extensa trayectoria
La trayectoria de Teresita en el cooperativismo es extensa. En 2014 se sumó al consejo de administración de ACA Salud, donde llegó al cargo de vicepresidenta y paralelamente empezó a participar en Coovaeco, Cooperativa de Prestación de Servicios Turísticos.
Hoy, a los 49 años y tras un arduo camino de aprendizaje, compromiso y responsabilidad, se convirtió en la primera mujer en llegar al consejo de administración de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA).
“El consejero que representaba la región sur estaba por cumplir su mandato por estatuto y varios consejeros de las cooperativas, incluso la mía, me alentaron para que me postulara como candidata. Tuvimos elecciones, ¡y quedé elegida! Para mí es un honor ser la primera mujer que llega al consejo de administración de ACA, que va camino a su centenario”, subrayó.
Teresita es actualmente la representante de las Comisiones Asesoras Regionales que conforman la provincias de Buenos Aires, La Pampa y Río Negro.
-¿Esperabas esta designación?
-En mi interior estaba tranquila porque estoy convencida de que los lugares se ocupan con capacitación, formación, aprendizaje, compromiso y responsabilidad. Yo transité todo ese camino, por lo que sabía que podía pelear ese lugar y tenía ganas de llegar.
-¿Qué significa el movimiento cooperativo en tu vida?
-Para mí es un sistema de vida. Si transité todos estos años por el movimiento es porque estoy por demás convencida de que es lo mejor. Me fortaleció y me dio la oportunidad de conocer cooperativas en el plano nacional e internacional, y muchísima gente maravillosa. Para mí es el mejor sistema por el trabajo en equipo, el fortalecimiento de los valores y los principios, y la mejor formación que le podemos brindar a las personas. No fui a una universidad, pero el sistema cooperativo me dio la oportunidad de aprender muchísimo y construir una gran familia.
Por otro lado, Teresita celebró que el rol femenino sea actualmente muy requerido en las organizaciones y destacó que hay más mujeres participando en los consejos de administración de otras cooperativas. A su vez, consideró que su llegada a ACA “es abrir una puerta y marcar un camino para mostrar que se puede participar”.
La productora agropecuaria sostuvo que la mujer se tiene que animar a participar más en el movimiento cooperativo, con formación y logrando un sentido de pertenencia. Ese es uno de los puntos en los que hará hincapié en su nuevo cargo: “pretendo hacer un trabajo muy fuerte en cada cooperativa para tejer una gran red de mujeres cooperativistas, con identidad propia”.
“Las mujeres tienen que sumarse, porque los espacios están y solo falta ocuparlos, reitero, con ganas de aprender, responsa- bilidad y compromiso. Creo que en todas las instituciones y organizaciones la falta de participación es el factor que más se escucha. Si cada socio de la cooperativa pudiera verla como propia y participara un poquito más, quienes estamos hace mucho tiempo tendríamos otro acompañamiento. A veces es encontrar el espacio para poder aportar en el movimiento cooperativo, que es muy importante en comunidades chicas como la nuestra”, destacó.
Debido a la pandemia, el trabajo actual de la dirigente pigüense consiste en participar de forma virtual de las reuniones del consejo de administración de ACA y de las Comisiones Asesoras Regionales que representa.
Su principal objetivo es continuar con el trabajo que viene realizando y fortalecer el grupo de mujeres cooperativistas. Estará en el cargo al menos por tres años y, si bien existe la posibilidad de renovación por otros tres años más, por ahora solo piensa en disfrutar el momento.
“Voy por este cargo. Si algo me enseñó la vida es a disfrutar el día a día. No proyecto demasiado para adelante, pero sí disfruto realmente el momento que me toca con la gente con la que comparto el consejo de administración, que es maravillosa, al igual que los funcionarios. Voy pasito a pasito”, concluyó.